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Conectarse con el ángel de la guarda, y estar con la presencia divina. 

Estos son ejercicios para sentir en nosotros la presencia del ángel de la guarda, y la presencia divina en nosotros, es una meditación muy linda, en la cual pronunciamos algunos nombres de Dios en hebreo de manera vibrante, como mantra que al repetirlos nos genera una vibración dentro de nosotros lo llamo Cabala cristiana.

Toda esta operación es en loor, honor y gloria de Dios.

Pedir la salud y bienestar de vuestro prójimo. Sea amigo o enemigo, para la salud y el bienestar de toda la tierra.



Preparación para meditar.



Siéntese en una silla cómoda y con su espalda recta, mirando hacia el este por donde sale el sol. Cierre los ojos, ponga sus manos mirando hacia arriba sobre sus rodillas y respire profundamente contando hasta 4 y luego vota por la nariz y cuenta hasta 8. cuando respire sienta que una luz va subiendo desde el coxis hasta la ultima vertebra de su espalda, y cuando exhale por la nariz baja esa luz hasta donde comenzó, repitalo por unos momentos. Luego sienta, y visualice una luz dorada, y cálida que lo va envolviendo desde sus pies hasta llegar a la cabeza, hasta quedar cubierto por esta luz dorada. Siga respirando 4 y 8. Vea como el universo gira a su alrededor, hasta el punto de ver una inmensa luz arriba de su cabeza que es la presencia de Dios. Al terminar esto levántese de la silla y con su mano derecha y con su dedo indice lo eleva hacia esa luz que esta sobre usted, la agarra y la lleva a la frente y dice:

Tu eres, con sonido vibrante (Tuuu ereees), y visualizas esa luz bajar hasta la frente, luego bajas el dedo mirando el suelo, la luz baja de la cabeza hasta el suelo y dices con voz vibrante

El Reino, (eeel Reeeiinoo )luego mueves la mano hasta el hombro izquierdo y con voz vibrante dices:

El poder, (Eeeel pooodeeer)y ves la luz en el hombre, luego pasas al otro hombro, y dices con voz vibrante:

y  La Gloria , en este momento a demas de estar totalmente de estar con una luz dorada en el cuerpo, tenemos una cruz luminosa que formamos con nuestra mano de color blanco electrico, con la cual invocamos a Dios, y el ángel de la guarda empieza a manifestarse. terminamos juntando nuestras manos en el pecho y decimos con voz vibrante:

Del Mundo, (deel muundooo) 

Amen (aaaameeen).

Este sonido vibrante es como canto gregoriano, la vibración uno la debe encontrar, darle su intención.

En el fondo trazamos la cruz de Cristo en nuestro cuerpo, diciendo tu eres el reino, el poder, y la gloria del mundo amen.

Luego oremos esta oración a nuestro ángel de la guarda:



Ángel de Dios, bajo cuya custodia me puso el Señor con amorosa piedad, a mi que soy vuestro encomendado, ilumíname hoy, protégeme, guíame y gobiérname.



Ángel de mi guarda, dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de día; no me dejes solo, que me perdería.



Ángel Santo, amado de Dios, que después de haberme tomado, por disposición divina, bajo tu bienaventurada guarda, jamas cesas de defenderme, de iluminarme y de dirigirme: yo te venero como a protector, te amo como a custodio; me someto a tu dirección y me entrego todo a ti, para ser gobernado por ti. Te ruego por lo tanto, y por amor a Jesucristo te suplico, que cuando sea ingrato para ti y obstinadamente sordo a tus inspiraciones, no quieras, a pesar de esto, abandonarme; antes al contrario, ponme pronto en el recto camino si me he desviado de él; enséñame, si soy ignorante; levántame, si he caído  sosténme, sí estoy en peligro, y condúceme al cielo para poseer en él una felicidad eterna. amen. 



De pie siguiendo mirando al este, abrimos nuestros brazos en forma de cruz, y nuestro cuerpo con esa luz dorada, cerramos los ojos, y vemos a nuestro alrededor una inmensa luz blanca cristalina que nos protege como un globo o esfera blanca.

Y digamos esta oración:



Ven, Espíritu creador,

visita las almas de tus fieles,

llena con tu divina gracia

los corazones que creaste.



Aleja de nosotros al enemigo,

danos pronto la paz,

sé nuestro director y nuestro guía,

para que evitemos todo mal.



Gloria a Dios Padre,

y al hijo que resucitó,

y al espíritu Consolador,

por los siglos de los siglos. Amén.





Ahora frente a usted visualice una Luz más clara e intensa que un vaso de vidrio lleno de agua cristalina, atravesado por los rayos del sol más ardiente como sí Cristo estuviera con los brazos abiertos al frente invitándolo a entrar a su vida y corazón, y diga:



Por la señal de la santa cruz +
de nuestros enemigos +
líbranos, Señor, Dios nuestro +
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo +
Amén.



y diga:Yeshua (Yeeeshuuuuuaaaaa)

Gire su cuerpo hacia el sur y vea una Luz más clara e intensa que un vaso de vidrio lleno de agua cristalina, atravesado por los rayos del sol más ardiente como sí Cristo nuevamente que lo invita entrar a su cuerpo y vida y diga:

Por la señal de la santa cruz +
de nuestros enemigos +
líbranos, Señor, Dios nuestro +
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo +
Amén.



Yeshua Shaddai EL Jai

(Jesús Dios todopoderoso y viviente)

2. Luego vuelva a girar hacia el oeste, visualice la Luz más clara e intensa que un vaso de vidrio lleno de agua cristalina, atravesado por los rayos del sol más ardiente como sí Cristo nuevamente que lo invita entrar a su cuerpo y vida frente a usted, y diga:

Por la señal de la santa cruz +
de nuestros enemigos +
líbranos, Señor, Dios nuestro +
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo +
Amén.



Ehyhe 

(Esta palabra significa Yo Soy, la palabra Yo soy (Eeeeehyyyyyyheeeeee) es sacada del exodo cuando el señor le dijo a moises "Yo soy el que soy"). Luego vuelva a girar hacia el norte vea la Luz más clara e intensa que un vaso de vidrio lleno de agua cristalina, atravesado por los rayos del sol más ardiente como sí Cristo nuevamente que lo invita entrar a su cuerpo y vida y diga:



Por la señal de la santa cruz +
de nuestros enemigos +
líbranos, Señor, Dios nuestro +
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo +
Amén.



Ruaj ha Kodesh

(Espíritu Santo)

Al terminar vuelva a mirar al este, ahora invocaremos a los arcángeles, Rafael, Gabriel, Miguel, y Uriel.

Mirando al este visualice con los ojos cerrados al Arcángel Rafael, el medico de Dios, y diga con voz vibrante: delante de mi Rafael (Raaaafaaaeeeel). Véalo y sienta su presencia unos momentos.

Al terminar de sentirlo recomiendo orar esta oración:



Oh poderoso príncipe de la gloria, san Rafael, llamado medicina de Dios, salud de los enfermos, luz de los ciegos, guía de los caminantes, protector de la limosna, del ayuno y de la oración: por aquella caridad con que acompañaste al joven tobias, te pido glorioso protector mio, me libres también de todos los males y peligros y me acompañes en la peregrinación de esta vida mortal, para llegar felizmente al eterno puerto de salvación. amen. 



luego diga: atrás de mi Gabriel (Gaaabriiieeel). y sienta la presencia del ángel por un momento.

Al terminar de sentirlo recomiendo orar esta oración:



Oh glorioso arcángel San Gabriel, llamado fortaleza de Dios, príncipe excelentísimo entre los espíritus angélicos, embajador del altísimo, que mereciste ser escogido para anunciar a la santísima Virgen la encarnación del Divino Verbo en sus purisimas entrañas: te suplico que tengas a bien a rogar a Dios por mi, miserable pecador, para que conociendo y adorando este inefable misterio, logre gozar el fruto de la divina redención en la gloria celestial. Amen. 

Ahora diga a mi derecha Miguel (Miiigueeeeel). y haga lo mismo que con los otros ángeles. 

Al terminar de sentirlo recomiendo orar esta oración:



San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla, sé nuestro amparo contra la maldad y las asechanzas del demonio. Reprímale Dios, como rendidamente se lo suplicamos, y tu, príncipe de la milicia celestial, armado del poder divino, precipita al infierno a Satanás para la perdición de las almas. Amén.

y termina diciendo a mi izquierda Uriel (uuuriiieeeel). Y sienta su presencia un momento. 

Al terminar de sentirlo recomiendo orar esta oración:



Arcángel Uriel, Fuego de Dios,

rodéanos con el cinturón de fuego,
ven en nuestra ayuda con tu Ejército celestial.
Y enséñanos a vivir y a hacer
como hizo Jesús aquí en la tierra. Amén.



Estos arcángeles están frente al Señor en su trono. 

Al terminar hacer la Cruz que hicimos al comienzo.

Terminado esto vuelva a sentarse cómodamente, con la columna recta. Ahora sí gusta rece un bello Rosario por sus necesidades y la paz del mundo.









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