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Garabandal 1961 (comenzaba el concilio vaticano II)

"He venido por TODOS mis HIJOS"

La tercera parte del mensaje de Fátima no se dio a conocer en 1960, tal como Lucia lo pidió de parte de la Virgen y por esto la misma Virgen María pidió a Dios venir a Garabandal en el año siguiente (1961) a decirnos sus Mensajes.

Como remedio para convertir al Mundo, Dios nos envía a su propia Madre, ya que el Corazón de Jesús y el Corazón Inmaculado de María finalmente convertirán al mundo entero. Una gran purificación universal , de origen Divino, precede esta conversión.

Viene un AVISO y un MILAGRO para ayudarnos a vivir los MENSAJES.

Un gran Aviso universal que mostrara al mundo el Amor grande de Dios ("lloraremos de lo que Dios nos ama" dijo Conchita) y que nos dará una cierta conciencia de la profundidad del pecado.

Y un gran Milagro PARA CONVERTIR AL MUNDO ENTERO.

Primer Mensaje:

-18 de Octubre de 1961-

Hay que hacer muchos sacrificios, mucha penitencia. Tenemos que visitar al Santísimo con frecuencia. Pero antes tenemos que ser muy buenos. Si no lo hacemos nos vendrá un castigo. Ya se está llenando la copa, y si no cambiamos, nos vendrá un castigo muy grande.



Segundo mensaje:

-18 de Junio de 1965-

La Virgen dijo "Me da mucha pena decíroslo yo, pero os lo tengo que decir para vuestro bien", por esta causa fue el Arcángel San Miguel quien lo dijo a Conchita el día 18 de Junio de 1965.

El mensaje que la Santísima Virgen ha dado al mundo por la intercesión de San Miguel.

El Ángel ha dicho:

Como no se ha cumplido y no se ha dado mucho a conocer mi mensaje del 18 de octubre, os diré que este es el último. Antes la copa se estaba llenando, ahora está rebosando. Los Sacerdotes, Obispos y Cardenales van muchos por el camino de la perdición y con ellos llevan a muchas mas almas. La Eucaristía cada vez se le da menos importancia. Debemos evitar la ira de Dios sobre nosotros con nuestros esfuerzos. Si le pedís perdón con alma sincera, Él os perdonará. Yo, vuestra Madre, por intercesión del Ángel San Miguel, os quiero decir que os enmendéis. Ya estáis en los últimos avisos. Os quiero mucho y no quiero vuestra condenación. Pedidnos sinceramente y nosotros os lo daremos. Debéis sacrificaros mas, pensad en la Pasión de Jesús.

Dijo Conchita:

Al lado del Ángel de la derecha, a la altura de la Virgen, veíamos
un ojo de una estatura grande; parecía el «Ojo de Dios».

Esta Visión es de una importancia impresionante:

La aparición, en plano superior y diferente, de la representación de la
Santísima Trinidad, enmarcada en un triángulo de luz y a su vez en un
marco de cuadro rojizo, con un Ojo, significa que «Él que todo lo ve» y
es «Todopoderoso», el Dios UNO y TRINO, se manifiesta como Autor de
lo que va a suceder. Es como el «SELLO DIVINO», garantía de la
«AUTENTICIDAD» de lo que va a suceder.

Dios, Creador de todo lo que existe, Señor de la Historia de la humanidad,
va a restaurar todas las cosas a su máxima perfección y felicidad; también
la naturaleza humana, tan degradada por el pecado.

La Humanidad, que ha sufrido y está sufriendo tanto por el pecado, el
alejamiento y el rechazo de Dios, será juzgada y restaurada tal como está
descrito en el Apocalipsis. Estas Apariciones tienen este signo transcendente
que Dios ha querido manifestar; todo bajo la mirada del «ALTÍSIMO».

Llegará un día en que todo será como lo pedimos en el «PADRE NUESTRO»:

«Hágase tu Voluntad en la Tierra como en el Cielo».

                                   La fecha del Gran Milagro
Quizá, quienes seguimos los Mensajes del Cielo en estos últimos tiempos, nos habremos hecho las siguientes preguntas: ¿cuánto falta para que aparezcan más claros los signos que anuncian la Segunda Venida de Cristo? ¿en qué momento comenzarán las guerras, las pestes, los eventos de la naturaleza, los cambios que vendrán al mundo y a la Iglesia?

Hoy, jueves 11 de abril de 2013, la Iglesia celebra la memoria de San Estanislao, mártir de la Eucaristía en Polonia. Y es una de las fechas en que podría haber sucedido el Gran Milagro.

En efecto, Conchita González que, desde el 15 de enero de 1963 -hace cincuenta años-, conoce la fecha del Gran Milagro de Garabandal  (cfr. Con Voz de Madre, p. 168), ha avanzado que ocurrirá en jueves, festividad de un mártir de la Eucaristía, entre los días 8 y 16 del mes de abril. Inicialmente Conchita dijo que sería en los meses de marzo, abril o mayo, pero en dos entrevistas de los años 1975 y 1982, de modo inadvertido, primero no mencionó el mes de mayo y luego no citó el mes de marzo. En el momento actual estos datos limitan las fechas posibles a los días 11 (San Estanislao) y 13 (San Hermenegildo) de abril (cfr. El Milagro de Garabandal y Antonio Yagüe, Garabandal, 50 años después, p. 54, nota 117).

La próxima fecha en que podría ocurrir el Gran Milagro (según nuestros cálculos de tiempo humano) será hasta el jueves 13 de abril de 2017, memoria de San Hermenegildo, mártir de la Eucaristía y virrey de la Bética, en la Hispania Visigoda, hacia el año 580. Ese jueves, además, será Jueves Santo, día en que se celebra la Institución de la Eucaristía.

Antonio Yagüe, que ha estudiado a fondo todo esto, me ha adelantado recientemente algo de sus investigaciones que se refieren a la fecha del Gran Milagro. Me ha parecido un hallazgo asombroso y quisiera compartirlo con los lectores de este blog.

En el próximo 13 de abril del 2017, Júpiter, que como astro rey representa a Jesucristo en la Astronomía Sagrada, estará en el vientre de la constelación Virgo, y ese mismo día la Luna estará a los pies de Virgo. Esta situación astronómica no se ha dado nunca desde 1922 y no se volverá a dar antes del año 2200. Pero, además, ese mismo día en el otro extremo del cielo, el planeta Urano, que en la Astronomía Sagrada representa a la Iglesia, estará en conjunción con el Sol, que representa a Dios. Esto nos recuerda el acontecimiento venturoso profetizado para la Iglesia en el día del Gran Milagro, que no tendrá relación directa con él (quizá la fijación de una misma fecha de la Pascua para Oriente y Occidente). La probabilidad de que ambas situaciones astronómicas vuelvan a coincidir en la esfera celeste es de una en cien mil años.

Son datos que a unos podrán parecer casuales y a otros sin ninguna significación, pero que no está de más tenerlos en cuenta pues, al final, cuando podamos contemplar completo el Plan salvífico de Dios, nos admiraremos de cómo lo que nosotros percibíamos como algo confuso y sin sentido, aparecerá a nuestros ojos como una Obra Maestra de la Sabiduría Divina.  

Por otra parte, hay que tener también en cuenta que en el día del Aviso es probable que suceda un vuelco de los polos de la tierra con la consiguiente necesidad de ajustar las fechas del calendario global (ver Fenómenos naturales del Aviso en Garabandal). Esto podría llevar a que el día de la semana en que ocurra el Gran Milagro no sea jueves (habría una variación de hasta 72 horas), pero eso no es esencial pues, al parecer, Conchita al ver un calendario, después de conocer la fecha del Milagro, dedujo que sería en jueves. Es decir, la Virgen le dijo la fecha pero no el día de la semana en que sucedería, según se puede concluir del contenido del diario de la Madre Nieves (directora del colegio de Burgos en el que Conchita pasó un año). 

En principio, según nuestros cálculos humanos, habría que esperar, al menos, otros cuatro años para que suceda el Gran Milagro, y unos tres y medio para el Aviso.

Todo esto quizá nos produzca incertidumbre y falta de paz. Por una parte, sabemos que llegará pronto el  Tiempo de la Purificación, y que tenemos que estar preparados para afrontar todos los sufrimientos y dolores que traerá consigo. Por otra parte, no sabemos qué quiere decir ese "pronto", y estamos impacientes de que todo lo que tenga que suceder sea "pronto", pero según nuestro modo de medir el tiempo, porque la espera incierta, en cuanto al tiempo, también nos hace sufrir.

Hace unos días leí un mensaje dictado por Jesús a Marga (ver post 1 y post 2 sobre ella) que toca precisamente el tema del tiempo de espera, y de nuestra impaciencia porque todo suceda ya, cuanto antes (mensaje del 26 oct 2000). He pensado que nos puede ayudar lo que dice el Señor en ese mensaje que ahora transcribo en parte (las negritas son nuestras).
"Cuántos locos andarán sueltos esos días persiguiendo a los amantes de la Eucaristía. ¡Pobres hijos, manejados por Satanás! No les temáis. Pueden quitaros la vida, pero no el alma. El alma que es mía de verdad jamás será arrebatada para el infierno, jamás será quemada.
Clandestina Iglesia, casi de las catacumbas.
Jesús, parece que hables de un tiempo lejanísimo [pregunta de Marga].
Te he dicho: Cuando todo esté aparentemente en calma y parezca imposible esto que Yo te anuncio, tú debes advertir.
Entonces falta poco... [pregunta de Marga]
Falta el tiempo que considere mi Padre Dios.
Sí, clandestina mi Iglesia verdadera de estos tiempos. Días muy nublados, días tristes que anteceden a la Gloria de mi Casa, la implantación del Reino Nuevo, el Reinado de los Corazones de Jesús y de María.
¡Estad preparados! No sabéis, Yo no os digo ni el día ni la hora (cfr. Mt 24, 36). Le corresponde saberlo a mi Padre que está en los Cielos. Esta preocupación no debe tener cabida en vosotros: «¿Cuándo?» Cuando Yo disponga, cuando el Señor dé la orden, cuando vea a su Resto preparado, cuando llegue el Tiempo. Ni siquiera los Santos del Cielo lo saben, ni siquiera mi Madre. ¿Qué queréis saber? ¿El minuto exacto? Son los Planes de Dios, es el Tiempo de Dios. No escudriñéis lo que no os es lícito saber. Y sabed que si oís: «Va a ser ahora en este concreto día, a esta concreta hora», eso no es de Dios, todo eso son engaños de Satanás. ¿Para qué os vale? Para agobiaros cada vez más y más, para confundiros, para haceros perder el tiempo, el amor sincero y la fe. Estupenda obra entonces la de Satanás en vosotros si andáis preocupados sobre cuándo será el día y la hora de la venida del Hijo del Hombre. Os basta saber que Yo os digo por la boca de mis profetas de ahora: «¡Estad preparados! Cuando menos lo esperéis vendrá el Hijo del Hombre y repoblará la tierra, que encontrará llena de cadáveres»".
"Falta el tiempo que considere mi Padre Dios". Es una invitación a ponernos, nuevamente, en manos de Dios que es el Señor de la Historia, pero también Padre Nuestro. Nos conoce a cada uno como nadie, y espera a que su Resto (su Iglesia Remanente, sus hijos fieles) estemos preparados para disponer que su Plan se lleve a cabo en el mejor momento para todos.

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